La belleza y armonía faciales son el resultado de la alternancia de formas cóncavas y convexas en el perfil facial que transmiten la imagen de juventud del rostro. La pérdida de elasticidad de la piel y la disminución del volumen a nivel óseo y de los compartimentos grasos de la cara, resulta en la caída del tejido y la aparición de arrugas estáticas secundarias al descenso de la piel.
Los materiales de relleno, de los que el ácido hialurónico es el máximo exponente, son productos biocompatibles, es decir, la mayoría se producen de forma natural en el propio cuerpo, y se usan para corregir arrugas, surcos, cicatrices, así como para remodelar el contorno facial y aportar volumen en determinadas zonas de la cara proporcionando un aspecto más juvenil.
Las principales zonas donde aplicamos el ácido hialurónico son, los labios y arrugas peribucales (código de barras), el surco nasogeniano, las ojeras, los pómulos y pequeñas arrugas marcadas que no terminan de desaparecer tras el tratamiento con toxina botulínica.
Existen multitud de marcas y formulaciones de ácido hialurónico, y no todas son válidas para cualquier uso, por lo que es importante que te pongas en manos de un profesional altamente cualificado que te asesorará sobre la mejor opción para tu caso particular, con la máxima seguridad y la mayor satisfacción del paciente.
Si quieres rejuvenecer la expresión de tu rostro, no dudes en pedir una consulta y asesoramiento experto e individualizado para saber cómo conseguir el mejor resultado.
En la primera consulta en Cirugía Plástica y Estética Alonso & Godoy, escucharemos tus deseos y expectativas y te aconsejaremos sobre la mejor decisión en cada aspecto, personalizada para ti.
